Cada día una cita

viernes, 25 de enero de 2019

Gamificación

Intento tímido en el curso 2016-2017 por introducir la gamificación en mis clases. Tampoco sabía muy bien qué era eso, pero como me gusta jugar... Me lancé a probarlo. Fue muy simple. Imprimí emoticonos de esos amarillos de varias formas y tamaños, para ir repartiendo en función de si hacían o no hacían, si se comportaban bien o no, etc... Cada 5 emoticonos pequeños recibían uno grande. Y poco más. Era un poco lío andar toda la hora con los emoticonos por la clase. Se pasaban la hora pidiendo emoticonos porque: "habían sacado el lápiz", "porque habían copiado un enunciado", "porque no se habían levantado"... En fin, que tuve que restringir tanto, que al final se me olvidaba darlos. Además algunos no me los devolvían o se perdían...

Pues eso, que no le vi mucha utilidad. Intento de gamificación muy básico, pues principalmente los daba cuando hacíamos algún tipo de ejercicio competitivo. Tampoco me gustó lo de la competición.

Curso 2017-2018. Ya con más tiempo, dediqué el verano a investigar eso de la gamificación y di con dos herramientas que me parecieron interesantes. Una ClassDojo, para primer ciclo de la eso. Era lo mismo que los emoticonos, pero digital. En realidad es más completo, pero tampoco me funcionó. Las razones un poco parecidas. Se pasaban la hora pidiendo positivos para ver el muñequito. Lo interesante de ClassDojo es que lo tienen en el proyector o en la pantalla digital y ellos van viendo los positivos y negativos que reciben al momento. Pasaban más tiempo mirando la pantalla que a mí...Otra ventaja era la comunicación con los padres. Se enteraban al momento de todo lo que pasaba en el aula. Tampoco resultó muy efectivo, pues algunos padres no podían conectarse, otros no recibían las notificaciones... En las aulas de 1º las pantallas digitales iban fatal y muy lentas y en las de 2º, a veces no iba el proyector, otras veces no iba internet... Con lo que perdía un poco la razón de ser, que vean los positivos y negativos al momento. Nada. En 2º acabé llevando un control de positivos y negativos pero solo para mí, para poner al final la nota de actitud y en primero, ponía la aplicación cuando podía. O sea, que un desastre.

Peor fue en 4º de la ESO. Lo del ClassDojo me parecía demasiado infantil para 4º, pero encontré ClassCraft y me encantó. Pero claro a mi me van los juegos. Su interfaz es muy gamer y cometí el error de pensar que todos los alumnos se implicarían en el juego. Nada más lejos de la realidad. Después de pegarme el curro del siglo para configurar la página, crear las clases, los eventos, las pruebas, la experiencia, las insignias rollo Juego de Tronos... No le hicieron ni puñetero caso. Al final resultó demasiado gamer. No a todos los alumnos les gustan los videojuegos, o al menos no estos videojuegos con estética MMOPRG. Tan solo un par de alumnos de entre las dos clases de 4º mostraron cierto interés. Darse de alta en la web, unos 5, pero nadie llegó a utilizar su personaje. Al mes había abandonado todo el trabajo del verano por falta de interés del alumnado. Seguramente tampoco lo supe vender, aunque el alumnado tampoco puso mucho entusiasmo. Al final solo pude aprovechar lo de las insignias de Juego de Tronos, y solo durante el segundo trimestre, pues tampoco tuvieron mucho interés en las insignias. Si hacían las tareas con las que ganaban experiencia para las insignias, era más bien por subir nota. Estaban pensadas para ambas cosas...

Total, que mi primera aproximación a la gamificación fue un verdadero desastre. Tanto es así que había abandonado la idea de gamificar el aula... Hasta este curso.

El rollo Classcraft no me convence del todo, aunque he encontrado no hace mucho una aplicación/web a nitad de camino entre Class Dojo y Classcraft. Se trata de My Class Game. Igual le doy una oportunidad. Tiene una gestión parecida a Classcraft, pero sin la estética tan gamer.

No estoy muy convencido de gamificar todo el contenido del curso, pero lo analizaré con paciencia. Lo que sí estoy decidido es a introducir el Escape Room en mis clases. Tengo muchísimas ganas. Ya estoy maquinando un par y espero que tengan mejor acogida que mis intentos de gamificación anteriores... 

Iré informando...

viernes, 11 de enero de 2019

Plataformas educativas y cuaderno de clases

Mi inquietud por las nuevas tecnologías me llevó pronto a buscar dos herramientas que marcarían mi manera de trabajar y de organizarme. Por un lado, lo que llamaré una plataforma educativa y por otro, un cuaderno del profesor tecnológico, que sustituyera al cuaderno de colorines que te daban cada inicio de curso. En algunas ocasiones me tocó comprarlo, buscando algo más completo, por lo simple que era el que me daba la administración. Yo soy un desastre, pero cuando me organizo quiero el mayor orden posible.
Empecemos por la plataforma. Empiezo a ver la necesidad de compartir documentos, ejercicios, esquemas... con mis alumnos para completar o sustituir algunos de los contenidos que no me gustaban de los libros de texto. Empecé con herramientas de creación de contenidos digitales, como JCLIC, o Hot Potatoes y hasta hice mis pinitos con EXE Learning, 




pero necesitaba algo más y empecé a buscar plataformas que me permitieran crear cosas o implementar lo que hacía con las mencionadas herramientas y además almacenar para compartir. Di pronto con la Plataforma Moodle. Con ella me inicié, pero debo reconocer que mi experiencia con ella no fue muy positiva. El no conocerla muy bien, el encontrarme con tres versiones diferentes en tres institutos diferentes, el no poder tener el control total de la herramienta, la poca experiencia de los alumnos... me hicieron buscar al tercer año alguna alternativa. Di con Edmodo en el tercer año de intentar usar Moodle. Estuve probando cosas, me gustaba más por su apariencia de red social, no tan fría como Moodle, pero me frenó el hecho de que no podía gestionar las notas dividiendo el curso en trimestres. Desconozco si ya se puede hacer, pero eso fue lo que me hizo decantarme por Schoology, muy similar a la anterior, pero esta sí te permitía organizarte el curso a tu antojo, trimestres, semestres, cuatrimestres, etc... Así es que le di una oportunidad y con ella sigo desde hace tres años, ampliando su uso año a año. Al principio era un simple almacén de contenidos, pero poco a poco fui dándole un mayor uso, pues como plataforma tiene mucho potencial. Y lo mejor, gratuita.




En realidad lo que la diferencia de Moodle es su apariencia de red social, como ya he dicho, que la convierte en algo más amigable, parecida a Facebook. Moodle la veía muy fría, y la comunicación con los alumnos un poco caótica. Además Schoology te permite también tener comunicación con los padres, una libreta de calificaciones, y aunque Moodle tiene más variedad de recursos, con los que tiene Schoology me sobra. Y sobre todo lo que me acabó por decantar hacia Schoology fue el hecho de que no tienes que instalar nada pues va todo por web. Con Moodle, tenía el inconveniente de que al ser interino, cambio constantemente de centro y tengo que andar haciendo copias de seguridad para llevarme mis cursos allá donde voy. Luego hay que cargarlo en el nuevo instituto y que todo vaya sobre ruedas. Si no, tienes que ir pidiendo ayuda al responsable de Moodle del centro ante cualquier imprevisto... El control de Schoology lo tienes tú y siempre es el mismo, vayas donde vayas. 
Fue asentarme con Schoology y abandonar JCLIC, Hot Potatoes, etc... Además me parecía un rollo la manera de incrustar las actividades con estas herramientas. Con las que incorpora Schoology voy servido y todo queda bien situado dentro de cada curso.
Problema. Aunque cada vez más alumnos se incorporan a Schoology, no lo puedo imponer de manera obligatoria, pues hay alumnos que no tienen ordenador y/o conexión a internet. Otros no se dan de alta por puro desinterés (al no ser obligatorio...), algunos no se aclaran y prefieren pasar antes que pedir ayuda, etc... Por tanto, Schoology aun hoy sigue siendo más informativo, aunque este año ya he incorporado la libreta de calificaciones plenamente operativa. Solo lo he conseguido este año, pues no sé si lo he dicho ya, pero soy de letras y los numeritos y yo no nos llevamos muy bien. Me daba miedo que los porcentajes no los calculara bien, por no ponerlos bien, que las medias no fueran correctas, por la configuración trimestral, por las actividades voluntarias, que a algunos les contaba y a otros no, etc... Pero sobre todo porque al no estar todo el mundo dado de alta necesitaba una alternativa aunque solo fuera por el control de asistencia, comportamiento y notas. 
Y llegamos así a la otra herramienta. El cuaderno del profesor. En cuanto empecé a buscar alternativas al cuaderno en papel, todas las flechas señalaban a la aplicación de IOS, la del IPad. Solo había un problema, yo no tenía IPad, jejeje. Había que buscar alternativas en android. Probé unas cuantas, pero nunca me decidí por ninguna, por una sencilla razón, no podía probar si funcionaban plenamente. Algunas te dejaban probar gratis, solo un mes... Otras no tenían límite de tiempo pero solo te dejaban gestionar 5 alumnos, o un grupo, etc... Es decir que no encontré ninguna aplicación que pudiera probar de manera completa. Además, ninguna de las que probaba me convencía al 100%. Siempre había algo que no me gustaba o que no me acababa de convencer o que no podía probar plenamente... Intenté versiones con hojas de cálculo, para PC hasta que di con una alternativa interesante. Un cuaderno del profesor basado en los cuadernos de papel, pero elaborado con hojas de cálculo de google docs. Además lo podías retocar y ajustártelo a tu gusto y eso hice con ayuda de mi tío que controla eso de las hojas de cálculo. El problema es que había que tener tres hojas por grupo, una de control de asistencia, otra de notas y otra de seguimiento de la programación. Y otro inconveniente es que necesitabas un ordenador en el aula. Al princicipo de usarlo no en todas las aulas había. Aún así estuve con esa alternativa dos o tres años si no recuerdo mal. La verdad es que estaba genial. 
Pero llegué al IES Jaume I de Borriana y en el primer claustro nos informaron de que un compañero del departamento de informática había diseñado una APP para android llamada Cuaderno del Profesor y que era gratuita y operativa 100%. 





Anda que tardé poco en probarla. Y pobre Fran, la que le cayó encima. La aplicación funcionaba a las mil maravillas, hacía todo lo que yo quería y si alguna vez me atascaba, ahí estaba Fran para sacarme del atolladero. Y ahí sigue aún, jejeje. Pobre. La verdad es que estoy muy contento con ella. Gratuita y sin limitaciones, pero con publicidad, que tampoco es muy molesta. Yo la quité enseguida, pues por 5€ desaparece y tienes la aplicación de por vida. Es el complemento perfecto de Schoology, aunque ya solo lo uso para notas, y algunas anotaciones de comportamiento, porque el control de ausencias hay que hacerlo por Itaca. Además, al llevarla en el móvil te puedes mover por el aula e ir haciendo anotaciones. 
Por otro lado, aunque puedes evaluar por rúbricas, he descubierto este año una herramienta impresionante para eso, CoRubrics, de Jaume Feliu. Si había usado las rúbricas siempre había sido imprimiéndolas en papel, así es que no probé las de Fran ni las que se podían hacer con Schoology. Y cuando me ha dado por usar las rúbricas en serio ha sido cuando he encontrado LA HERRAMIENTA. De verdad, es impresionante.





Y para acabar, este mundo de la tecnología está loco y va demasiado deprisa. No hará ni una semana que descubrí un Cuaderno del profesor para evaluar por competencias del mismo autor de CoRubrics, Jaume Feliu. No me dan tiempo a asentarme con una herramienta cuando ya han salido dos más. De momento estoy probando con los cursos de proyectos y si funciona, le daremos una oportunidad con los cursos tradicionales. Solo hay un inconveniente, está basada en Google Sheets y por tanto de nuevo dependeré del PC. Veremos.

Por el momento, Blogger para este blog, Schoology como plataforma de conexión con los alumnos, El cuaderno del Profesor en el móvil de Fran Meneu, el uso de Drive y google sites pra elementos fijos que ya veremos... y la última o penúltima incorporación, el complemento CoRubrics para evaluación con rúbricas... 

Seguimos...

sábado, 5 de enero de 2019

Webquests, Miniquests, Cazas del tesoro y Enigmas

Además de este blog, estos fueron los primeros recursos con los que pretendía innovar y cambiar las cosas. 
Como recursos me entusiasmaron porque era tratar los contenidos de otra manera. En vez de dar yo los contenidos los tenían que buscar mis alumnos. 
Pronto empezaron los inconvenientes. No era una actividad para poder hacer en el aula por falta de medios. No se pueden tener libros de consulta variados y suficientes en el aula para 25/30 alumnos. Ni qué decir de los medios tecnológicos. Por aquellos tiempos ni siquiera había ordenador en todas las aulas y disponer con regularidad de un aula de informática era descabellado. 
Así es que la solución estaba en realizar esas actividades en casa. Y aparecieron dos nuevos inconvenientes. Como no todo el mundo tenía ordenador en casa y/o internet (aún hoy sucede) pasaron a ser actividades voluntarias, de refuerzo de contenidos vistos en clase. Los cambios metodológicos en el aula se esfumaron. El segundo inconveniente era lo poco acostumbrados que estaban, y aún están, a trabajar con las nuevas tecnologías. Me van a perdonar, pero los sacas del móvil, como mucho la tablet, y del whatsApp, del instagram y del snapchat y están más perdidos que un pulpo en un garaje... Nativos digitales dicen...  Los resultados en cuanto a presentación de trabajos eran desastrosos, y no hablo de contenidos, sino de formato, fuera un documento de word o similar, una presentación PP o cualquier otro formato que se les ocurriera, ni siquiera haciéndolos a mano... Un absoluto desastre. Es cierto que no estaban acostumbrados a hacer ese tipo de trabajos, pero vaya, un poquito de voluntad... Como son voluntarios... Y en cuanto al contenido... me confirmó que no saben usar internet. No saben buscar información y cometen los mismos errores que cuando buscan significados de palabras en el diccionario. (Esto ya lo traté en otra entrada de este mismo blog a propósito de la búsqueda de la descripción del Dómine Cabra...). 
La pescadilla que se muerde la cola... No se puede hacer ese trabajo de búsqueda de información en casa porque, sobre todo al principio, es necesaria la orientación del profesor, pero no se puede hacer en el aula por falta de medios. 
En fin. Los he mantenido más o menos como recurso voluntario para subir nota, pero no he recibido ni un solo trabajo que merezca la pena.
También tengo parte de culpa, por supuesto, pues con una explicación en el proyector de los pasos a seguir en su elaboración no es suficiente. Además debería ser un trabajo en grupo y cooperativo, pero al hacerse fuera del aula ya no podía exigirlo, porque empiezan los problemas del quedar fuera de clases para trabajar... Algunos se animan, pero acabas descubriendo, que lo ha hecho uno y ha puesto el nombre de los tres amigos que mientras estaban jugando a la play.
La herramienta es útil. Aprenden a buscar información, a organizarla, a seleccionar contenidos, a almacenarlos y reutilizarlos para darles otra forma. Aprenden a usar herramientas TIC, sea un procesador de textos, una aplicación de presentaciones, a almacenar lo creado en la nube, dropbox, google drive, enviar por correo, subirlo a un blog o a plataformas educativas, moodle, edmodo...
En fin que una herramienta que me entusiasmó en un principio, sobre todo para los contenidos de literatura se ha ido diluyendo como azucarillo en el café. 
Y empecé enlazando Webquests, Miniquests y Cazas del tesoro ya hechas, pero como me pasa siempre, acabé modificando e incluso realizando desde cero algunas con mejor o peor resultado. Más adelante retomaré el recurso cuando los medios del aula lo permitan. 
Por ejemplo, en el proyecto de Moda que tenemos en 2º de ESO, la actividad de la fase de investigación se podría parecer a una webquest. Haría falta poco para transformarla y sí disponemos de medios.
Lo que sí me gustan son los Enigmas. Me surgió la idea como actividad para que practiquen la búsqueda de información en internet. Me recuerdan mucho al programa aquel de Constantino Romero "El tiempo es oro", en el que los concursantes iban buscando información y necesitaban un dato para pasar al siguiente, etc... En aquel programa solo disponían de formato papel. Me di cuenta de las dificultades que tenía cuando todo lo encontraba a la primera con el puñetero google. Así es que tuve que estrujarme los cascos para hacer cosas que no fueran fáciles y les costara un poquito descubrirlas. Me he debido de pasar, porque, hasta ahora, ningún alumno ha conseguido resolver ninguno.
Salvando las distancias, podrían parecerse a los actuales Scape Room. Si alguien se anima... Enigmas. Al igual que con las webquests, algunos están más logrados que otros. Por ahora solo hay 4, pero a esto sí me dedico cuando tengo ratos libres, que son pocas veces. Agradecería que si se los planteáis a vuestros alumnos y los resuelven me lo hagáis saber, gracias.

viernes, 4 de enero de 2019

INNOVACIÓN

3-4-5 años llevo perdido en busca de eso que ahora llamamos innovación educativa. Este mismo blog lo inicié como una herramienta más de innovación educativa que se quedó por el camino, imagino que por no saber darle la utilidad adecuada. Y así voy yo buscándole alguna utilidad.




Pues sí, yo también caí en esa trampa. Es lo que pasa cuando te dejan solo ante el peligro. No me arrepiento de nada, pues los errores cometidos no han sido graves y los fracasos han sido más míos que de mis estudiantes. Y no me arrepiento de nada porque esa fue la única manera que encontré de cambiar. Me aburría mucho en clase y mis alumnos más, así es que decidí probar otras teclas y usé todo aquello que se me ocurría para que las cosas dejaran de ser como siempre.



Esto está muy bien, pero no podemos basar la innovación sólo en introducir tecnología en las aulas, pero menos prohibirla. El uso de la tecnología no garantiza, ni mucho menos, el éxito en el aula, lo sé por experiencia. El uso que el alumno hace de la tecnología está a años luz del que queremos nosotros como docentes, pero se puede aprovechar. 
El cambio debe ser metodológico, sin duda. Me niego a seguir dando clases como en el siglo XIX. Y ahí la tecnología juega un papel importante.
¿Qué cosas he cambiado? Sin salirme de los famosos contenidos del currículo he experimentado con WebQuests, cazas del tesoro, enigmas de creación propia (de los que estoy muy orgulloso), elaboración de Blogs, periódicos digitales, uso de plataformas educativas online como Moodle, Edmodo, Schoology, utilización de Google Drive, Gamificación, evaluación por rúbricas, trabajo cooperativo, ABP... Algunas se han quedado por el camino, las intento retomar de vez en cuando por si fueron las circunstancias y no la herramienta las que hicieron que no funcionaran... 

Muchos sinsabores, porque es muy duro enfrentarte a todo esto solo o con muy poca ayuda, salvo en el caso del ABP en el que estoy inmerso ahora, ya que se ha implantado en el IES Jaume I de Borriana, que es donde tengo la suerte de trabajar, en el Primer ciclo de la ESO y ahí te sientes arropado por un grupo humano de enorme valía. La fuerza de un guerrero reside en quien lucha a su lado, como dicen en la CPI...
Pero no me rindo. Fuera de este ABP, voy encontrando mi sitio y avanzo pasito a pasito. Hoy por hoy he decidido que en mis clases se imponga el trabajo cooperativo. Gestiono mis clases a través de la plataforma educativa Schoology, genial herramienta muy poco utilizada por docentes de habla hispana, o eso me parece a mí. He desterrado los deberes, al menos los obligatorios. Si mando algo para hacer en casa es porque no se puede hacer en clase y nunca de hoy para mañana. Evaluación, autoevaluació y coevaluación con CoRubrics, compaginándola con los métodos tradicionales. Y por último el fomento de la lectura, a través de un amplio abanico de lecturas de temática, dificultad y extensión variables, que voy ampliando año tras año. La evaluación de estas lecturas es a través de formularios autoevaluables de Google tipo test y los alumnos deciden cuándo la hacen dentro de cada trimestre. Es decir, ya no hay fecha fija donde todos hacen el control de lectura escrito de la misma lectura. Cada uno elige, qué lee, cuándo lee y cuándo se examina.

Esto es, a grandes rasgos, en lo que he estado metido estos años alejado de este blog. Preparando controles de lectura, gestionando la página web relacionada con este bog en google sites y aprendiendo a utilizar Schoology. Iré desgranando cada una de las experiencias, fallidas y no fallidas en entradas sucesivas.