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viernes, 4 de enero de 2019

INNOVACIÓN

3-4-5 años llevo perdido en busca de eso que ahora llamamos innovación educativa. Este mismo blog lo inicié como una herramienta más de innovación educativa que se quedó por el camino, imagino que por no saber darle la utilidad adecuada. Y así voy yo buscándole alguna utilidad.




Pues sí, yo también caí en esa trampa. Es lo que pasa cuando te dejan solo ante el peligro. No me arrepiento de nada, pues los errores cometidos no han sido graves y los fracasos han sido más míos que de mis estudiantes. Y no me arrepiento de nada porque esa fue la única manera que encontré de cambiar. Me aburría mucho en clase y mis alumnos más, así es que decidí probar otras teclas y usé todo aquello que se me ocurría para que las cosas dejaran de ser como siempre.



Esto está muy bien, pero no podemos basar la innovación sólo en introducir tecnología en las aulas, pero menos prohibirla. El uso de la tecnología no garantiza, ni mucho menos, el éxito en el aula, lo sé por experiencia. El uso que el alumno hace de la tecnología está a años luz del que queremos nosotros como docentes, pero se puede aprovechar. 
El cambio debe ser metodológico, sin duda. Me niego a seguir dando clases como en el siglo XIX. Y ahí la tecnología juega un papel importante.
¿Qué cosas he cambiado? Sin salirme de los famosos contenidos del currículo he experimentado con WebQuests, cazas del tesoro, enigmas de creación propia (de los que estoy muy orgulloso), elaboración de Blogs, periódicos digitales, uso de plataformas educativas online como Moodle, Edmodo, Schoology, utilización de Google Drive, Gamificación, evaluación por rúbricas, trabajo cooperativo, ABP... Algunas se han quedado por el camino, las intento retomar de vez en cuando por si fueron las circunstancias y no la herramienta las que hicieron que no funcionaran... 

Muchos sinsabores, porque es muy duro enfrentarte a todo esto solo o con muy poca ayuda, salvo en el caso del ABP en el que estoy inmerso ahora, ya que se ha implantado en el IES Jaume I de Borriana, que es donde tengo la suerte de trabajar, en el Primer ciclo de la ESO y ahí te sientes arropado por un grupo humano de enorme valía. La fuerza de un guerrero reside en quien lucha a su lado, como dicen en la CPI...
Pero no me rindo. Fuera de este ABP, voy encontrando mi sitio y avanzo pasito a pasito. Hoy por hoy he decidido que en mis clases se imponga el trabajo cooperativo. Gestiono mis clases a través de la plataforma educativa Schoology, genial herramienta muy poco utilizada por docentes de habla hispana, o eso me parece a mí. He desterrado los deberes, al menos los obligatorios. Si mando algo para hacer en casa es porque no se puede hacer en clase y nunca de hoy para mañana. Evaluación, autoevaluació y coevaluación con CoRubrics, compaginándola con los métodos tradicionales. Y por último el fomento de la lectura, a través de un amplio abanico de lecturas de temática, dificultad y extensión variables, que voy ampliando año tras año. La evaluación de estas lecturas es a través de formularios autoevaluables de Google tipo test y los alumnos deciden cuándo la hacen dentro de cada trimestre. Es decir, ya no hay fecha fija donde todos hacen el control de lectura escrito de la misma lectura. Cada uno elige, qué lee, cuándo lee y cuándo se examina.

Esto es, a grandes rasgos, en lo que he estado metido estos años alejado de este blog. Preparando controles de lectura, gestionando la página web relacionada con este bog en google sites y aprendiendo a utilizar Schoology. Iré desgranando cada una de las experiencias, fallidas y no fallidas en entradas sucesivas.

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